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L u i s W e i n s t e i n *
“Cero”, Ignacio Reyes. Técnica mixta: lápiz color, pastel.
La lucha verdadera
No es, siempre, la más heroica.
Qué difícil decirlo,
Si matan y dinamitan cadáveres
Hasta estremecer desiertos en soledad dolida,
Sólo por obedecer.
La lucha
Profunda
Es un vibrar, tenue y enorme,
Es la victoria
O la derrota
En el buscar encuentros.
Es el lento y terrible dar sentido
A esa masa sanguinolenta
Y jamás transparente,
Que poco a poco va construyendo al hombre.
La lucha en plenitud
No es la más visible.
Te avergüenza saberlo,
Porque aprieta las vísceras la miseria absurda,
Porque hay hambre seca y total,
Cuando los siderales, sensitivos,
Ven partes del mundo eructar de abundante y vacío.
Hay la lucha que no tiene fin,
Lucha de luz pequeña, niña, pero más viva que la vida,
Lucha hacia desentumecer el amor,
El amor quieto y confuso hacia las cosas queridas,
El amor olvidado, incluso, en consumos amarillos de anodinos
El amor frío de las drogas confusas
El amor vestido de lealtades grises
El amor a vivir construyendo los días.
Lento despertar
De amor helado en mitos,
En gestos, costumbres y cositas.
Quisieras todo más al alcance de la mano y la consigna,
Pero la lucha integral no tiene grandes textos,
No la honran batallas y monumentos,
No responde a recetas y nombres y etiquetas,
No le caben los santos.
Lo supo el torturado
Resistiendo todo
Menos el súbito espanto
La duda:
¿Es humano o no humano el torturador?
Te diste cuenta al no trabajar aquel DIA
Y descubrir como un vuelo,
Y un centro en el niño, que el niño es él y no eres tu.
Tanta urgencia, ignominia,
Da miedo decirlo,
Pero es cierto,
Hay un frente, una lucha,
Donde el tiempo, desnudo,
Se atreve a jugar.
¿Gritar hay un camino sencillo, oculto,
Cuando ahoga el dinero en aluviones idiotas?
Sí, recuerda ese encontrar,
Ahí,
Clandestino,
Tu nombre real,
Ese aprender a nadar en el miedo,
Ese llegar a la costa del otro,
En la certeza de que la propiedad no existe.
¿Podemos confesarlo?
Los energúmenos y los explotadores más triviales
Tal vez sean resistentes a las grandes personas y verdades
Al destello del discurso, al estruendo de las explosiones.
Ellos, tal vez, temen en el fondo,
La gran alianza,
Ese frente de la vida que está al amanecer.
Hay una alianza azul
Un anhelo de muy hondo,
Vivir tú personalmente
El mañana del humanismo.
De la mano con esa vieja y humilde lucha tuya
Por ser comprendido por alguien muy concreto.
Es un germinar de banderas más allá de las formas,
Con todos los colores y todos los misterios,
La textura del amor,
El navegar los silencios prohibidos,
La cosquilla a las últimas tabas,
La atención al rubor del mar porque coincide consigo mismo.
Es construir la transparencia
Modulando tierra firme
Asumirse como humanos
Frágiles y maravillosos
Donde la soledad es fértil en movimiento de rosas,
Abiertos a las marejadas de todos los conflictos.
Encuentro contigo, con nosotros, con quienes me viven dentro
Con la alianza de las utopías
Encuentro que es siempre buscar.
* Luis Weinstein, Poeta, ensayista, educador comunitario, médico especializado en salud mental.
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