miércoles, 14 de septiembre de 2011

La danza de la confianza


Movimiento, acción sico-social
e intervención artística en un país en riesgo

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A l e j a n d r a   P a l l a m a r *

 
"La danza de la luz", Ángeles Nieto, serigrafía. 
Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...

Las relaciones de confianza y de colaboración son dimensiones muy valoradas en las teorías del desarrollo social como elementos que cohesionan la acción social y comunitaria. Se las considera un capital social crucial, un recurso para el "Desarrollo Humano, porque permite potenciar las capacidades de las personas para incidir en la marcha de las cosas". Sin embargo no sólo son importantes como instrumentos sino también como un fin en sí mismas, son parte del bienestar y la felicidad subjetiva de las personas. Richard Layard en sus estudios sobre la felicidad plantea que los vínculos y relaciones entre las personas es uno de los aspectos que produce felicidad. Más específicamente, dice que la proporción de personas que considera se puede confiar en otros es uno de los factores que explica la diferencia de felicidad entre países. *
El goce, el placer de estar con otros en un contexto de confianza y gratuidad, sin fines instrumentales, sino expresivos (de ser, de compartir, de estar) son parte importante de nuestro sentido de vida y de bienestar.
En el contexto de lo anterior, quiero compartir una experiencia recientemente desarrollada en Guatemala desde el Centro de Danza e Investigación del Movimiento de la Universidad Rafael Landívar con el patrocinio de Prince Claus Fund, lo que permitió desarrollar un programa llamado Danza en Comunidad: Abriendo Espacios de Confianza.
Guatemala es un país complejo: bello, violento y diverso. Con niveles altos de criminalidad e indicadores pobres de desarrollo. Con una multiculturalidad no integrada, donde existe aún muy fuertemente la exclusión, y las secuelas de un conflicto armado considerado uno de los más violentos de América Latina, donde se reporta que más de una cuarta parte del total de la población del país fue afectada por la violencia. La violencia, expresada en homicidios, ha aumentado constantemente desde 1999 al 2008, por un conjunto de factores asociados a la pobreza, el narcotráfico y la impunidad. Los efectos de esta última han sido estudiados por Cabrera Pérez-Armiñan (2006), teniendo esta tanto implicaciones políticas como psicosociales; entre estas últimas, destacamos las siguientes:
- Destruye la confianza social.
- Vivencias de exclusión, aislamiento y resentimiento.
- Institucionalización de la mentira y la negación.
Esta evolución tiene consecuencias sociales evidentes "la situación de inseguridad imperante ha favorecido la presencia de sospecha, miedo, y falta de confianza en las relaciones sociales. Esta situación afecta las estructuras sociales y la construcción o mantenimiento del capital social productivo, así como el tejido social".
En síntesis la desconfianza es alta y la asociatividad baja. Esto se percibe fuertemente para un extranjero desde lo más evidente que es el miedo a la calle, a transitar libremente por el temor a la violencia, hasta las sutilezas de las relaciones interpersonales donde uno se acostumbra a un estilo indirecto y evasivo, a leer entre líneas por la falta de comunicación directa y clara; nadie dice no, sino "fíjese que…"; se escuchan recomendaciones tales como "no quedes mal con nadie, que acá nunca se sabe….".
A partir de esto nos planteamos realizar una experiencia donde a través de la danza y el movimiento pudiésemos promover la colaboración y la confianza a partir del goce de crear y bailar juntos una "danza en comunidad".
Nos reunimos con grupos diversos: jóvenes, mujeres, adulto mayor, colegios, colectivos de arte, en la capital y en aldeas tales como Santa María Chiquimula (Totonicapán), San Juan la Laguna, Chaquilla, San Andrés Semetabaj (Sololá) para reunirnos todos al final en el Parque Central de Guatemala el 13 de agosto de este año. Donde todos juntos bailamos la "Danza por la colaboración y la vida" como tituló el periódico Prensa Libre.
En los talleres preparatorios nuestra intención fue entregar un mensaje acerca de la importancia de la colaboración a través del movimiento. Allí trabajamos con el desarrollo de la conciencia corporal y el movimiento. A partir de esta y de la práctica de la danza recogíamos la conciencia de los participantes acerca de las habilidades que se necesitaban para realizarla: escuchar, liderar, seguir, coordinarse, alinearse en el movimiento al unísono, confiar. Recogimos también las vivencias de ellos en el proceso: alegría, energía, fuerza, unión, cansancio etc.
La coreografía fue una danza contemporánea con elementos tribales. En ella se mezclaron movimientos resolutivos y energéticos que dieran seguridad y se llevaran fuera el miedo, con movimientos más suaves y circulares donde lo que primaba era la flexibilidad y la apertura.
En esta experiencia resulta interesante la integración del proceso de trabajo con los grupos en torno a una temática psicosocial con un resultado creativo específico. Pensamos que puede ser un modelo interesante para unir promoción en el ámbito psicosocial y en la cooperación para el desarrollo con metodologías que involucren herramientas de diferentes disciplinas artísticas, que culminen en la creación de un producto cultural que genera goce, alegría.

* Alejandra Pallamar es sicóloga, Coordinadora Proyecto de Danza en Comunidad desarrollado en Guatemala por la Universidad Rafael Landívar.

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