lunes, 14 de noviembre de 2011

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Un hombre viejo delgado
Carmen Obreque Morales

                A Luis Weinstein Crenovich

Un hombre
como palillo parado
Versea
desde el cerro de oro
En vuelo

Serpentea y serpentea
en Nirvana lejano
en ambición de la gente

Dioses humanos
apilan sagrarios
de cuerpos
que se sobreponen

A su alrededor
mujeres solas
remendan vestidos rojos

Budas como osos
hacen coro.

Fiesta de inciensos
Galletas integrales.

Todo un circo

Y el hombre
del palillo.

Incorruptible

A la marea de pulpos
Escribe notas
Pone puntos
Describe líneas

El hombre de oro,
como basca esmeralda
del pájaro verde:
Canta poemas

Busca el sabor
de la naranja en almíbar.
Rima palabras

Salta el charco
sureño lluvioso
de mi América saqueada
Como un niño
que descubre el sol

Ahí vuela

Como globo amarillo
de hojas
Se cuelga y descuelga
Danza y se canta
Ríe y se desgrana
Se desangra
y se desarma.
Se constituye
En la flor que es
de orígenes negroides
y primordiales

Y así se duerme
Tal como los héroes
Derramándose
Hoja a hoja
Despareciendo
en la masa
De gente que le llora
Que el constituye como su propósito

Como su Partido




Curriculum vitae
Jorge Ragal*

Coloco una vieja fotografía con un sombrero negro
que luego me obligan a cambiar por una clásica de frente y perfil.
Anoto el día, el mes y el año exacto de mi nacimiento
que por extraña razón no coincide con el certificado de bautismo.
Escribo la dirección de mi hogar de la infancia.
Sostengo que no hice el servicio militar obligatorio.
Sobre mi estado civil incluyo una foto de mi amada en la playa
con una sencilla dedicatoria que alude a la belleza de una sirena.
Declaro que desde los 15 sufro de soplo al corazón
y que uso bastón cuando el camino se pone muy pedregoso.
Hago una completa relación de mis travesías por el viejo mundo.
Adjunto mi pasaporte con todos sus timbres y sellos
y un álbum con típicas imágenes ciudadanas.
Dejo de lado las que me puedan incriminar en una eventual trata de blancas.
Hago una orgullosa mención de mis hijos y de mis nietos.
Adjunto un falso diploma o más bien un título de ficción:
“Experto en cartas de amor para corazones tristes”.
Incluyo un par de poemas para darle mayor consistencia.
Omito un ocasional trabajo de bailarín en una boite porteña.
Menciono que hablo diversos idiomas que ya no existen.
Coloco una medalla que me otorgaron de premio de consuelo
en un concurso de poesía en Isla Negra.
Adjunto una carta de referencia de mi mejor enemigo.
Y declaro que soy anarquista pero de la corriente pacifista,
definición que a la gente normal le parece contradictoria.

* Poeta secreto.

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