lunes, 14 de noviembre de 2011

Elegir la vida

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J o a n n a   M a c y *


Pintura de Roberto Matta

Deut.30,19

Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden
lo que acabo de decir,
te puse delante la vida o la muerte,
la bendición o la maldición.
Escoge pues la vida
para que vivas tú y tu descendencia.
Vivimos en un momento extraordinario sobre este planeta. Poseemos muchos más logros técnicos y conocimiento de lo que podrían haber soñado nuestros ancestr@s. Nuestros telescopios nos permiten ver a través del tiempo hasta los comienzos del universo; nuestros microscopios se entrometen para abrir los códigos en el mismo núcleo de la vida orgánica; nuestros satélites revelan patrones globales climáticos y formas escondidas de ser de naciones remotas. Hace sólo un siglo atrás ¿quién podría haberse imaginado tanta abundancia de información y poder?
Al mismo tiempo somos testigos de una destrucción de la vida en dimensiones que ninguna otra generación ha confrontado dentro de los archivos de la historia. Es verdad que nuestr@s ancestr@s conocieron las guerras, las plagas, el hambre; civilizaciones completas, como la Fenicia y el Imperio Romano, se desplomaron cuando cortaron todos sus árboles para la guerra y convirtieron sus tierras en desierto. Pero hoy no se trata de un bosque por aquí y algunas tierras agrícolas y lugares de pesca por allá; hoy en día especies enteras están muriendo, y culturas completas y ecosistemas en una escala global, hasta el plancton que produce oxígeno en nuestros mares.
Los científicos pueden tratar de hablarnos de las consecuencias cuando quemamos los bosques y combustibles fósiles, cuando botamos basuras tóxicas en el aire, el suelo, el mar y, cuando usamos químicos que devoran la capa protectora de ozono de nuestro planeta. Pero es difícil hacer caso de sus llamadas de atención. Porque la nuestra es una Sociedad de Crecimiento Industrial. Su economía depende de un crecimiento permanente en el consumo de recursos. Para mantener sus motores de progreso, la Tierra es la vez una bodega de abastecimiento y una alcantarilla. Al cuerpo del planeta no solamente se le excava y convierte en bienes de consumo, sino que también se usa como "lavadero" para los venenosos subproductos de nuestras industrias1. Si sentimos que el ritmo es acelerado, estamos en lo correcto, porque la lógica de la Sociedad de Crecimiento Industrial es exponencial, demanda no sólo "crecimiento", sino también tasas de crecimiento en continua elevación. Como Alicia en el juego de damas de la reina demente, tenemos que correr cada vez más rápido para permanecer en el mismo lugar. ¿Qué espera a nuestr@s hij@s? ¿Qué habrá para aquell@s que vienen después? Como estamos demasiado ocupad@s en correr para pensar en eso, tratamos de cerrar nuestras mentes a las posibles situaciones de pesadilla de codicia y guerras en un mundo sucio y contaminado.
Aquí nos encontramos hoy. Hemos sobrevivido a muchas tribulaciones y evolucionado a través de muchas aventuras en esta caminata planetaria. Hay todavía mucha promesa que desentrañar, aunque podemos perderlo todo. En la medida que la complicada red de los sistemas vivientes se desentraña, podemos desmoronarla junto con nosotr@s. Las palabras de Yavé a Moisés muestran una verdad literal en el presente: "He puesto frente a ti vida y muerte, por lo tanto, elige la vida".
Elegir un Mundo Sustentable
Podemos elegir la vida. A pesar de las predicciones terribles, todavía podemos actuar para asegurar un mundo en el que podamos vivir. Tener conocimiento de lo siguiente es crucial: Podemos satisfacer nuestras necesidades sin destruir nuestros sistemas de apoyo de la vida. Tenemos el conocimiento técnico y los medios de comunicación para hacerlo. Tenemos la sabiduría y los recursos para cultivar suficiente comida, asegurar aire y agua limpios, y generar los requerimientos energéticos a través de la energía solar, del viento y de la biomasa. Si tenemos la voluntad, poseemos los medios para controlar el crecimiento de la población humana, desmantelar las armas y desviarnos de las guerras, dando a cada quien una voz en un auto gobierno democrático.2
Elegir la vida significa construir una sociedad que sostiene la vida. De acuerdo a Lester Brown del Worldwatch Institute, "Una sociedad sustentable es aquella que satisface las necesidades sin poner en peligro las posibilidades de futuras generaciones". En contraste con la Sociedad de Crecimiento Industrial, una Sociedad que Sostiene la Vida opera dentro de los "límites de capacidad" de sus sistemas de apoyo de la vida a nivel regional y planetario, en los recursos que consume y los desperdicios que produce.
Elegir la vida hoy en nuestro planeta es una aventura enorme. Así como muchas personas en todos los países y circunstancias de vida están descubriendo, esta aventura exige más valentía y mayor solidaridad que cualquier campaña militar. Desde los estudiantes que ayudan a limpiar ríos para el desove de los salmones, a los vecinos de los barrios populares creando huertos comunitarios en sitios eriazos, a activistas en los bosques sentándose en los árboles para demorar la tala hasta que se hagan los estudios de impacto ambiental, a los ingenieros de molinos de vientos que traen su tecnología a regiones con necesidades energéticas, son innumerables los grupos que se están organizando, aprendiendo, y actuando.
Esta actividad humana multifacética al servicio de la vida quizá no aparece en las noticias, pero para nuestros descendientes es lo más importante que podemos hacer. Porque, si vamos a tener un mundo en el cual se pueda vivir para aquell@s que vendrán después de nosotr@s, será porque nosotr@s hemos logrado hacer la transición desde la Sociedad de Crecimiento Industrial a una Sociedad que Sostiene la Vida. Cuando las personas futuras miren para atrás a este momento histórico verán, quizás con más claridad de lo que hoy podemos ver, cuán revolucionario es todo esto. Podrían muy bien llamarle el Gran Giro.
Lo verán como una Epoca. Así como la revolución agrícola tomó siglos, y la revolución industrial tomó generaciones, esta revolución ecológica tiene que acontecer dentro de pocos años. También debe ser más detallada, que involucre no solamente a las políticas económicas, sino también a los hábitos y valores que las fomentan.
El Gran Giro
Miremos con la perspectiva de las futuras generaciones y, en ese contexto más largo, notemos cómo este Gran Giro está cobrando impulso hoy a través de las alternativas de innumerables individu@s y grupos. Constatemos qué está sucediendo en tres áreas o dimensiones simultáneas que se refuerzan mutuamente. Estas son: 1) acciones que disminuyen el daño a la Tierra y a sus seres; 2) análisis de causas estructurales y creación de estructuras alternativas; y 3) un vuelco fundamental en la forma de ver el mundo y sus valores. Much@s de nosotr@s estamos involucrad@s en los tres, todas necesarias en la creación de una civilización sustentable.
I. "Llevar a caboAcciones" en defensa de la vida en la Tierra
Estas actividades pueden ser la dimensión más visible del Gran Giro. Ellas incluyen todo el trabajo político, legislativo y legal para disminuir la destrucción, como también acciones directas –bloqueos, boycotts, desobediencia civil, y otras formas de rechazo–. Al englobar una gran variedad de esfuerzos, estas acciones incluyen:
- El documentar los efectos ecológicos y de salud de la Sociedad de Crecimiento Industrial, tomando en cuenta a los combustibles fósiles, el poder nuclear y la producción de armas, la minería de metales pesados, tala de bosques, incineradores y depósitos de tóxicos, pesticidas, aditivos a los alimentos y granjas industriales.
- Hacer campañas para leyes que mitiguen los efectos de la contaminación, pobreza, y la pérdida del hábitat, como el artículo sobre las Especies en Peligro, el del Agua Limpia (y el Aire y los Alimentos), aquel sobre el incremento del sueldo mínimo en los EEUU; en lo internacional, el de un Tratado Detallado Para Abolir los Test nucleares, el abolir las armas nucleares, y el protocolo para limitar los gases invernadero.
- Promover normas adecuadas para implementar una legislación medioambiental y social, y su cumplimiento justo a través de monitoreos ciudadanos a gobiernos y empresas, participación en juicios y litigios públicos.
- Cabildeo (lobbying) en contra de acuerdos de mercado internacional que ponen en peligro a los ecosistemas y debilitan la justicia social y económica, tales como el GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Mercados), NAFTA ( el Acuerdo de Libre Mercado de Norteamérica) y MAI (Acuerdos Multilaterales sobre Inversiones).
- Dar aviso cuando hay prácticas ilegales y sin ética.
- Boycotear las empresas que ponen en peligro sistemas de vida creando contaminación y producción de armas, o las que explotan a sus trabajadores pagándoles poco y trabajando en condiciones peligrosas.
- Organizar bloqueos y vigilias en lugares de destrucción ecológica, como por ejemplo, bosques milenarios en peligro de ser talados, también en lugares donde se construirán grandes centros comerciales (malls) y más carreteras, en áreas donde se guarda la basura nuclear, laboratorios de bombas y lugares de pruebas atómicas.
- Protestar en contra del comercio global de armas en los puertos, depósitos militares, y tiendas de venta de armamentos, especialmente en los EEUU (que exporta más armas que todos los demás países juntos).
- Proveer de albergue y alimento a l@s pobres y aquell@s sin casa.
La primera dimensión del Gran Giro es cansancio. Es un trabajo heroico, y cuando nos encontramos en la mira de todo el mundo, eso puede traernos respeto e incluso adulación de parte de aquell@s que ven lo que está en juego. También podemos caer en un profundo stress por las crisis que se suceden unas a otras, la búsqueda constante de financiamiento, las batallas perdidas y la violencia creciente en contra de l@s activistas. Cuando asumimos posiciones de liderazgo, se nos culpa por muchas cosas y , cuando dejamos ese espacio para respirar un poco, a menudo nos sentimos culpables. La verdad es que no estamos abandonando la causa, estamos optando por continuar el trabajo del Gran Giro de otra manera, a la manera del ganso liderando la bandada, que cuando está cansad@, se coloca al final de la fila para aprovechar el impulso de l@s demás, mientras que otr@ toma su lugar al frente.
Este tipo de trabajo gana tiempo. Sirve para salvar algunas vidas, ecosistemas, otras especies y culturas, tanto como el conjunto genético para la sociedad sustentable que viene. Esto, sin embargo, es insuficiente para poner en obra esta sociedad.
II. Análisis de causas estructurales y creación de instituciones alternativas
La segunda dimensión del Gran Giro es igualmente crucial. Para liberarnos a nosotr@s mism@s del daño ejercido por la Sociedad de Crecimiento Industrial, debemos entender sus dinámicas. ¿Cuáles son los acuerdos tácitos que crean una riqueza obscena para unos pocos, mientras que el resto de la humanidad se empobrece progresivamente? ¿Cuáles son los engranajes que nos obligan a una economía insaciable que hace uso de nuestro gran cuerpo, la Tierra, como bodega de abastecimiento y alcantarilla? Esto no es una buena imagen. Se necesita valentía y confianza en nuestro propio sentido común para mirar esto con realismo; las satisfacciones son mayores cuando lo hacemos. Así como l@s ciudadan@s están descubriendo un oleaje de enseñanzas y conferencias en esta materia, tenemos que desmistificar el funcionamiento de la economía global. Cuando vemos cómo opera este sistema, nos sentimos menos tentad@s a culpabilizar totalmente a los políticos o cabezas de corporaciones que están coludidos con el. Y, a pesar de toda la grandeza aparente de la Sociedad de Crecimiento Industrial, podemos ver también su fragilidad, cuán dependiente es de nuestra participación y cuán predestinada está de devorarse a si misma.
En esta segunda dimensión del Gran Giro, no estamos considerando solamente las causas estructurales de la crisis global; estamos creando a la vez alternativas estructurales. Estos dos esfuerzos van de la mano. Usan los mismos músculos mentales, el mismo tipo de conocimiento, la misma comezón por ser práctic@s. En incontables lugares, como verdes brotes empujando a través de los escombros, nuevas maneras sociales y económicas están apareciendo. Al principio pueden ser difíciles de ver, porque no se anuncian en los medios de comunicación, pero si permaneces con los ojos abiertos y juegas un poco con tu lente de enfoque, los podrás ver como una débil neblina verde sobre las cosas, intensificándose un poco en pedacitos de pasto, hierbas, tréboles. No estamos esperando que nuestras políticas estatales o regionales nos alcancen, estamos agrupándonos, actuando en nuestras comunidades. Las acciones que manan de nuestras manos y mentes pueden parecer marginales, pero ellas contienen las semillas del futuro.
Aquí hay sólo unos pocos ejemplos de las muchas diversas iniciativas que se están llevando a cabo:
• Talleres y grupos de estudios sobre la naturaleza de la Sociedad de Crecimiento Industrial, para mostrar el funcionamiento de la economía global, tal como los ofrecidos por el Foro Internacional sobre la Globalización (activo en Norte América y Europa) y la Unión por una Economía Justa con oficinas centrales en Boston.
• Servicios educacionales sobre los costos ecológicos y humanos para el consumidor y la sociedad, como los que entrega el Worldwatch Institute (Washington DC), la Red de Futuros Positivos (Seattle), el Instituto de la Tierra del Noroeste (Portland, Oregon), el Paso Natural (Suecia), el Instituto Schweisfurth (Alemania) y, depósitos de ideas como el Club de Roma y los grupos Balaton lanzados por Donella Meadows y compañía, así como los incontables cursos universitarios creativos sobre los aspectos económicos de la sustentabilidad.
• Creación de medidas nuevas y más precisas de la riqueza y la prosperidad para reemplazar los índices monetarios de crecimiento y desarrollo (como el Producto Doméstico Bruto) que han manejado a la Sociedad de Crecimiento Industrial e ignorado sus efectos en los sistemas de vida.
• Servicios de origen comunitario para la resolución de conflictos y la mediación para reemplazar el litigio.
• Estrategias y programas comunitarios hacia la defensa no violenta, para reemplazar la dependencia en la preparación militar y las represalias.
• Reducción de la dependencia en los combustibles fósiles y nucleares y cambio a energías renovables, de bajo costo basadas en el viento, el sol, energía fotovoltática, tecnología de biomasa y mareas, como está ocurriendo en California, Minnesota, Dinamarca y Alemania.
• La extención de tierras para la conservación, como formas no individualizadas de tenencia de la tierra con un compromiso de lealtad hacia las necesidades y la abundancia de la Tierra.
• Arreglos colaborativos de vida, tales como: comprar o arrendar en conjunto una propiedad y las eco-aldeas que en una amplia variedad de formas legales, permiten que personas solter@s, familias y a varias generaciones cuidar de cada un@ y de la tierra, respetando a la vez sus distintas necesidades.
• Iniciativas locales para la creación de huertos comunitarios, cooperativas de consumo y comercialización, el compartir de herramientas y banco de talentos y aptitudes, Agricultura Apoyada por la Comunidad, proyectos de restauración para recuperar ríos, vertientes, cuencas hidrográficas, humedales y tierra cultivable.
• Programas comunitarios y municipales de aboneras y reciclado.
• Salud Integral y métodos de bienestar que suplementen el modelo médico de diagnóstico y tratamiento, y sintonía con las capacidades auto sanadoras del cuerpo y la mente.
• Monedas locales, como el dólar de Ithaca en el estado de Nueva York, basadas en el intercambio de bienes y servicios, de manera que los recursos de l@s ciudadan@s circulen dentro de las propias comunidades (en lugar de irse hacia afuera a las tiendas con franquicias y a las multinacionales).
• Un sin número de nuevas iniciativas en la educación, reemplazando el modelo cerrado de escolaridad creado para servir a la industrialización, abriendo a nuestros hij@s al mundo natural y al capital de intelecto en su comunidad, y motivando a los adultos para seguir aprendiendo.
• Sistemas de comunicación electrónica que capaciten a los activistas alrededor del mundo para compartir rápidamente la información, desarrollar estrategias, y coordinar acciones fuera de las burocracias y el control corporativo de los medios de comunicación.
III. Cambio en las percepciones de la realidad, cognitiva y espiritualmente
Estas instituciones nacientes no pueden echar raíces ni sobrevivir sin valores profundamente arraigados que las sostengan. Deben ser un espejo de lo que queremos y del cómo nos relacionamos con la Tierra y con cada un@. En otras palabras, requieren un profundo cambio en nuestra percepción de la realidad, y ese cambio está sucediendo ahora como una revolución cognitiva y a la vez como un despertar espiritual. Es la tercera dimensión más básica de este Gran Giro.
Las ideas y experiencias que nos permiten hacer este cambio son como el cubo de la rueda que le permite girar. Son profundamente generativas y están presentes ahora. En nuestras consciencias y en nuestras vidas, y aparecen de muchas maneras. Nos surgen como un dolor por nuestro mundo, dejando al descubierto la mentira de las nociones del viejo paradigma de esta separación esencial del ego aislado y competitivo. O pueden surgir desde nuestra respuesta alegre a los avances en el pensamiento científico, a los nuevos miradas sobre la realidad entregadas por la teoría cuántica, la astrofísica, y la teoría de los sistemas vivientes. Vemos –con un suspiro de alivio– que el reduccionismo y el materialismo que modeló la mirada del mundo de la Sociedad de Crecimiento Industrial son tan útiles como sería un ábaco para entender la naturaleza del universo. O podemos encontrarnos estremecid@s por la sabiduría tradicional de los pueblos indígenas y de las voces místicas en nuestras propias religiones escuchando sus enseñanzas como a una canción semi olvidada que nos vuelve a recordar que nuestro mundo es una unidad sagrada en el cual tenemos una misión sagrada.
Hoy en día, estas tres vertientes –la angustia por nuestro mundo, los avances científicos y las enseñanzas ancestrales– fluyen juntos. En donde éstas confluyen, bebemos. Despertamos a lo que una vez supimos: que estamos viv@s en una Tierra viva, fuente de todo lo que somos y podemos lograr. A pesar de nuestro condicionamiento por la sociedad industrial de los dos últimos siglos queremos nombrar una vez más a este mundo como un lugar sagrado.
Estas ideas y experiencias son absolutamente necesarias para liberarnos de la garra de la Sociedad de Crecimiento Industrial. Nos ofrecen metas más nobles y placeres más profundos. Nos ayudan a redefinir nuestra riqueza y nuestra dignidad. La reorganización de nuestras percepciones nos libera de las ilusiones sobre lo que necesitamos tener y cuál es nuestro lugar en el orden de las cosas. Nos transportan más allá de las viejas nociones del individualismo competitivo, nos hacen sentir de vuelta en casa un@s con otr@s y a nuestra mutua pertenencia en el cuerpo vivo de la Tierra. Los ingredientes y formas de este despertar son muchas, incluyendo a:
• La Teoría de los sistemas vivos, revelando la naturaleza auto-organizativa de la realidad y la presencia de una mente en la naturaleza.
• La teoría Gaia, mostrando a nuestro planeta como un sistema vivo y como a nuestro cuerpo más grande.
• La ecología profunda y el movimiento ecológico profundo y de largo aliento, sacándonos del antropocentrismo y llamándonos a nuestro hogar en comunión con todos los seres.
• La Espiritualidad de la Creación y la Teología de la Liberación, que quebraron las dicotomías erigidas por el pensamiento de las religiones jerárquicas, e invocaron la santidad de toda la vida.
• Budismo comprometido y corrientes similares en el Hinduismo, Hasidico, Sufi, Taoista, y otras tradiciones, contribuyendo con nuevas enseñanzas de respeto por la Tierra y de la "interconexión" de todas las formas de vida, como base para la práctica espiritual y la acción social.
• El resurgimiento de las tradiciones shamánicas y su formas entusiastas para conocer nuestra identidad con la Tierra y los demás especies.
• Ecofeminismo, mezclando la crítica política con el movimiento de espiritualidad de las mujeres, enraizándonos en el mundo natural, e imaginando la realidad y el Yo en términos radicalmente relacionales.
• Eco-psicología, extendiendo las metas y métodos de la psicoterapia a problemas más grandes de patología social, ayudándonos a cuestionar nuestro consentimiento hacia la destrucción del mundo.
• El vivir simple, o la corriente de simplicidad voluntaria, que libera a las personas de patrones de consumo que no reflejan sus necesidades, capacitándoles para encontrar maneras más frugales y satisfactorias de conectarse con su mundo.
• Música y arte que expresa nuestra interconexión y que incorpora sonidos e imágenes de la naturaleza.
Aunque apenas tenemos palabras para describirla, esta revolución cognitiva, espiritual y de percepción está ocurriendo a una velocidad increíble. Estos versos del poeta californiano, ya fallecido, Robison Jeffers captan el sentido de este despertar:
…Entré en la vida del bosque marrón,
Y en la inmensa vida de las cumbres antiguas,
la paciencia de la piedra,
sentí los cambios en las venas
en la garganta de la montaña, una partícula en muchos
[siglos,
tenemos nuestro propio tiempo, no el tuyo;
y fui el torrente
llevando la leña de la montaña;
y el ciervo bebiendo;
y las estrellas hirviendo de luz,
caminando solas, cada una señora de su propia cima;
y fui la oscuridad afuera de las estrellas,
las incluí, eran parte de mi.
También fui la humanidad,
un liquen moviéndose en la mejilla de una piedra
[redonda…
…cómo puedo expresar la excelencia que encontré,
que no tiene color sino claridad;
no miel sino éxtasis...
Este cambio en nuestro sentido de identidad nos salvará la vida en los traumas sociopolíticos y ecológicos que están enfrente de nosotr@s. Todos los pronósticos honestos nos augurean tiempos difíciles en el futuro. Ya que la Sociedad de Crecimiento Industrial depende de un consumismo acelerado de los recursos, es insostenible. No puede durar por la simple razón de que está inexorable y exponencialmente destruyéndose a si misma. En términos de sistemas está desapareciendo. En la medida que sus mercados y proveedores distantes se terminan, y sus instituciones financieras enredadas colapsan, el shock nos envuelve a tod@s, arrastrándonos con miedo hacia el caos.
Las realidades a las que llegamos en la tercera dimensión del Gran Giro nos ayudan para no caer en el pánico o la parálisis. Nos ayudan a resistir la tentación de enterrar nuestras cabezas en la arena. También nos permiten resistir la tentación de entrar en confrontamientos l@s un@s con l@s otr@s, buscando chivos expiatorios en los cuales poner nuestro miedo y rabia. Sin embargo, cuando conocemos y reverenciamos la totalidad de la vida, podemos permanecer alertas y estables. Sabemos que la salvación privada no existe. Unimos nuestras manos para encontrar las maneras en que el mundo se sana a sí mismo, y vemos al caos como el terreno en que se prepara el futuro.
Aunque podemos percibir el Gran Giro y encontrar valentía en muchas de sus actividades, nada nos asegura que sucederá a tiempo. No podemos saber que sucederá primero: el punto sin regreso cuando no podamos detener el descalabro de los sistemas que apoyan complejas formas de vida, o el momento en el cual los elementos de una sociedad sustentable se unan y tomen vuelo.
Si el Gran Giro fracasara, no será por falta de tecnología o de datos relevantes sino por la falta de voluntad política. Cuando estamos distraid@s y temeros@s y las probabilidades están en contra nuestra, es fácil dejar que el corazón y la mente se vuelvan insensibles. Los peligros a los cuales nos enfrentamos hoy son tan inminentes y, no obstante a menudo son difíciles de ver –y dolorosos de ver cuando logramos llegar a mirarlos– así, esta insensibilidad nos toca a tod@s. Nadie está libre de su influencia. Nadie es inmune a la duda, la negación, o la incredulidad sobre lo severa de nuestra situación, y sobre nuestro poder para cambiarla. Sin embargo, de todos los peligros que enfrentamos, desde los cambios climáticos hasta las guerras nucleares, ninguno es tan grande como nuestra inanición.
La insensibilidad de mente y corazón ya está en nosotr@s - en las distracciones que creamos para nosotr@s como individu@s y como nación, en las peleas que elegimos llevar a cabo, en las metas que perseguimos, las cosas que compramos. Por eso, empecemos a notarlas. Veamos qué nos insensibiliza y cómo sucede. El trabajo que describe este libro nos ayuda a despertar de ese sueño y volver a la vida. Entonces, reconectad@s con nuestros más íntimos deseos, podremos ser capaces de participar de este Gran Giro. Elegiremos la vida.

1 Estamos en deuda con el filósofo noruego Sigmund Kwaloy por entregarnos este término.
2 Así como un cáncer en crecimiento eventualmente destruye sus sistemas de apoyo de la vida matando a su anfitrión, una economía global en continua expansión está destruyendo lentamente a sus anfitriones - los ecosistemas de la Tierra (Lester Brown, Sobre la Condición de la Tierra, 1998)
* Joanna Macy, eco-filósofa, estudiosa del budismo, la teoría de sistemas y de la ecología profunda.

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