Búsquedas de un Chile inteligente
J o s é A n t o n i o V i e r a G a l l o *
Un país inteligente es aquel que se propone metas ambiciosas pero alcanzables.
Un país inteligente se preocupa de que todos sus habitantes gocen de oportunidades de progreso y libertad para lograrlo.
Un país inteligente es el que fomenta la solidaridad entre todos sus componentes y no permite que ningún sector o región quede postergado.
Un país inteligente es aquel que juzga los acontecimientos con ponderación y no se deja arrebatar por las pasiones pasajeras. Toma distancia de los hechos y los evalúa en perspectiva.
Un país inteligente es aquel que se apoya sobre sus propias fuerzas y valora la energía de su gente.
Un país inteligente es aquel que valora la diversidad de sus integrantes y no pretende que todos tengan ni los mismos pensamientos ni los mismos sentimientos.
Un país inteligente no se amilana ante las dificultades, ni se exalta con los éxitos: sabe que el largo curso de la historia atraviesa por montes y hondonadas.
Un país inteligente no se deja inflamar por el discurso fácil y desconfía de los jefes. Aprecia la deliberación y la argumentación lógica.
Un país inteligente alienta las fuerzas de la producción, pero al mismo tiempo regula su curso para evitar las recaídas y los retrocesos.
Un país inteligente, entonces, cuida los equilibrios ecológicos de la naturaleza y no sacrifica el futuro por logros fáciles en el presente.
Un país inteligente se preocupa del buen uso de las energías y los recursos no renovables.
Un país inteligente construye un sistema político y legal fundado en la libertad y la participación de los ciudadanos, abierto a la innovación y la variación. Se preocupa de la estabilidad. Controla la violencia. Pero no cierra las puertas a los ímpetus de los jóvenes.
Un país inteligente promueve el aprecio por el conocimiento y el aprendizaje, el valor de la experiencia y la capacidad de escuchar antes de opinar.
Un país inteligente busca el equilibrio dinámico entre las personas dando a cada cual lo que le es propio para que todos puedan aportar entusiastas sus capacidades.
Un país que si debe pasar por oscuridades, no se atemoriza de los cucos ni se vuelve inocente.
Un país inteligente es un país previsor de las dificultades y sagaz para enfrentarlas.
Un país que vive en plenitud todas las estaciones.
* Abogado, miembro del Tribunal Constitucional, profesor de Derecho Parlamentario en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
Este artículo es un aporte de Chile Inteligente: www.chileinteligente.cl/
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